Nadando contra la corriente.

Es uno de los sentimientos más terribles, sentir que nadamos contra corriente, que el mundo no nos entiende, que no tenemos escapatoria y que debemos obligatoriamente ser igual al resto.

Trazar un plan, ejecutar y que las cosas no salgan como queremos, yo personalmente doy fé de que la vida no es un viaje sin imprevistos.

Pero cómo lidiar con todas esas emociones, cómo nos deshacemos de tanta frustración?

-Tengo que ser muy sincera con ustedes y decirles que la frase "todo pasa por algo" me parece bastante desconcertante, realmente no me da paz en momentos en donde todo se complica más de los que esperaba-.

1.Definitivamente algo que durante los últimos años me ha dado mayor conciencia de lo inesperado es iniciar teniendo presente que "cualquier cosa puede suceder" pero que sólo el hecho de iniciar un proyecto es éxito.

2.Siempre, sin importar que, de todos los proyectos sale algo, ya sea una idea o un nuevo proyecto incluso clientes, que podrán ser implementados en futuros proyectos, entonces, ningún proyecto es una pérdida de tiempo total.

3.Buscarle la forma a las cosas, está bien tener un pequeño giro o desvío de nuestra idea inicial, no pasa nada, ningún camino está trazado exactamente como lo esperábamos. ¡Es parte de la aventura!

Teniendo estos puntos presentes veremos que realmente nuestro plan no fracasó al 100%, pero que hacer cuando todas las opiniones que nos importan van en nuestra contra.

Como emprendedora he aprendido una lección sumamente valiosa que me ha motivado mucho a continuar nadando contra la corriente.

-Llega un punto en la vida en donde nadar contra la corriente es un estilo de vida. Si quiero llegar a donde nadie a llegado debo hacer exactamente lo contrario que ellos han hecho-.

Hay personas que lo único que saben hacer bien en la vida es opinar, más no ejecutar.

Entonces, básicamente no estás nadando contra la corriente, estás siendo creativo.

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